Tratate como quieras que te traten..













La importancia de cómo nos hablamos…
… a nosotras mismas.


Te voy a invitar a que te preguntes cómo te hablás, para saber si sos consciente de qué te decís durante el día, de cómo te tratas y de si, alguna vez, te detuviste a identificar qué porcentaje de amor u odio te dedicas cuando te hablas a vos misma.

Me refiero a si sos de las que…


  1. Se victimiza y te machacas con aquello de «no puedo», «no sé», «es difícil», «soy incapaz» 
  2. Estás más cerca de una actitud evasiva «lo intentaré» «puedo probar» «lo estoy intentando» «haré todo lo que pueda» 
  3. Tenes una actitud positiva y te moves más entre los «yo puedo», «yo sé », «me las ingeniaré», «soy capaz» 


No sigas leyendo hasta que hayas reflexionado un minuto. De hecho,te invito a que leas de nuevo (pero en voz alta) los 3 puntos anteriores para registrar cómo te sentís, que emociones se te disparan. 


Te espero.

[…]

¿Qué tal te fue?


Yo creo que no te habrás sentido igual escuchándote diciendo «no puedo» a «yo puedo».

Es sencillo: con lo negativo te sientes un gnomo, y con lo positivo, creces dos centímetros!



Pero vayamos un poco más allá, hacia las neurociencias. 

¿Te acordas del poder del subconsciente? lo hemos hablado en varios talleres. 

Tu cerebro no distingue la realidad de la ficción, lo que le decís lo registra todo y luego lo tiene en cuenta para ir creando tu día a día.

No es poca cosa y por eso tenes que ir con cuidado con lo que te dices no sea que, al final, no puedas, ni seas, ni consigas.

De verdad que es importante.


Analicemos cada perfil:

1) «No puedo, es duro, es difícil, soy incapaz, no sé, es imposible que yo… »

Esto no te haces ningún bien, estás impidiendo tu crecimiento, no te  comprometes y tiras la toalla demasiado pronto (de hecho, antes incluso de haber empezado) y sin darte la posibilidad de aprender.


2) «Lo intento, quizás podría,  puede que sea capaz, no sabría, dudo que pueda…»

Aca te quedas a medias, justificándote antes de empezar por si «fracasas» cuando, incluso así, podrías aprender y sumar experiencias. 


Pero lo del absurdo del verbo intentar mejor te lo cuenta un Maestro de esos de película. Dale al play.







3) «Puedo, sé, lo haré, lo conseguiré».

En positivo, ayudas a tu crecimiento, a tu aprendizaje, te comprometes y buscas opciones para crear esa realidad que queres.

Puede que la transformación no sea de un día para el otro pero no es cuestión de intentar, si no de accionar, que es bastante distinto.




Tarea para el hogar!


Te invito a que durante esta semana estés más alerta a cómo te hablas, a que sumes las veces que te trates en positivo y a llevar la cuenta de las otras tantas (que las habrá) en que te descubras siendo tu peor enemigo.


El objetivo es que cada vez que te sorprendas diciéndote algo que no te beneficia, lo cambies luego a algo que te empodere.




Las palabras pueden ser como  
MUROS que nos separan.. 

o como VENTANAS que nos dejan
ver hacia nuestro interior
y el de los demás.

Marshall Rosenberg




Anota la hora y el día de hoy y recordá: sos, sabes, tenes la capacidad y podes conseguir todo lo que te propongas!

No, mejor decilo en voz alta:

«Yo soy, sé, tengo la capacidad y conseguiré todo lo que me proponga».


Y sí, mejor en presente!




Gracias por llegar hasta el final

que tengas una buena semana!














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